Vitivinicultura en Alemania

Alemania es el país vitivinícola más septentrional del mundo. Sus viñedos se encuentran situados tan al norte como lo permite la maduración de la uva.

Terroir

El famosísimo río Rin y sus afluentes son el vínculo de conexión entre las 11 regiones vitivinícolas alemanas. El aporte más importante que brinda es su efecto termorregulador, que contribuye a originar en sus riberas un clima más templado. Por otra parte, al llegar el otoño, las neblinas que ascienden desde sus aguas ayudan a proteger las uvas contra las heladas tempranas.

Más de la mitad del viñedo alemán se encuentre en pendientes. Los mejores pagos se sitúan en inclinaciones del 30% o más, orientadas al sur-este o al sudoeste. Otro de los factores que influyen en la calidad del vino son las horas de sol, habitualmente escasas en estas latitudes, lo que explica la importancia de la orientación de las laderas para hacer posible una mayor exposición al sol y regular los milímetros de lluvia anuales recibidos.

¿Cómo son sus vinos?

Los vinos alemanes son de baja graduación, bien minerales y muy marcados por el terruño. El secreto está justamente en encontrar el mejor equilibrio entre azúcar y acidez. 

El 82% de la superficie de viñedo alemán es blanco, y solamente un 18% procede de uvas tintas. Alemania es mundialmente conocida por sus vinos Riesling. Según ellos, es la mejor y más versátil uva blanca del mundo, por lo que la han hecho su especialidad. Sus racimos son pequeños y de maduración tardía. Este largo período de maduración le permite desarrollar grandes aromas y un balance armonioso. Además, frescura, complejidad y estructura.

Por todo esto, los vinos alemanes son una excelente opción tanto para el conocedor, como para el nuevo consumidor de vinos.

Las mejores bodegas

Desde 1648 la familia GUNTRUM ha producido vinos excepcionales. En 1909 Louis Guntrum regresó al lado occidental del río Rin y se instaló en Nierstein, Rheinhessen, una de las regiones vitivinícolas más antiguas de Europa.

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