Vitivinicultura en Estados Unidos

Hablar del vino en Estados Unidos es prácticamente hablar de California. Hasta un 90% del vino estadounidense proviene de este estado (con más de 16 millones de Hl), que por su tamaño y situación geográfica, supone un lugar inmejorable para el cultivo de la vid. A pesar de que ha habido zonas productoras de alguna relevancia en otros estados de la Unión, como Nueva York (Finger Lakes), Washington (Columbia Valley), Oregon (Umpqua Valley) o Massachusetts (Martha’s Vineyard), y así hasta 35 estados con producción vinícola, no es menos cierto que California ha sido y sigue siendo el auténtico estandarte de los vinos norteamericanos.

Las primeras cepas las trajeron los conquistadores españoles desde Méjico, en 1524. Con ellas se procuraba el vino de misa que los frailes difícilmente podían traer desde la madre patria a tal efecto. Los resultados de aquellos primeros vinos fueron tan positivos que, ya en 1595, a instancias de las protestas generalizadas de los vendedores de vino español, Felipe II prohibió el cultivo de la vid en el Nuevo Mundo, bien es verdad que consiguiendo tan sólo una obediencia parcial a su decreto.

No fue hasta 1830 cuando se introdujo en California el cultivo de las variedades tradicionales francesas, gracias al viticultor Jean-Louis Vignes, quien plantara cepas bordelesas cerca de Los Angeles. Su cultivo se extendió con tal rapidez, que en 1862, un grupo de viticultores franceses redactaron un informe en el que se concluía que California era, efectivamente, «susceptible de convertirse en un serio rival de Francia en un futuro lejano.» El auténtico mazazo para esta floreciente industria, que no pudo doblegar ni la terrible filoxera-que atacó su viñedo poco después que lo hiciera en Europa – lo dio el gobierno federal de los Estados Unidos con la implantación de la «Ley Seca» a comienzos del siglo XX. Cuando por fin fue derogada en los años treinta, se vivía en plena «Gran Depresión», que fue seguida de la segunda guerra mundial, lo que impidió el desarrollo de esta industria en un país, por otra parte, acostumbrado ya al consumo de bebidas alcohólicas producto del destilado, mucho más fácil de producir en la clandestinidad que el vino.

Pero cuando la Universidad de California reanuda las investigaciones sobre viticultura y enología, en los años cincuenta y sesenta , se forman hornadas de expertos vinícolas que, con la capacidad tecnológica e investigadora propia del país, desarrollan grandes mejoras en las técnicas de cultivo y vinificación que se adoptan tanto en California como en el mundo entero. Muchas de las técnicas de vinificación universalmente aplicadas hoy, se las debemos al laboratorio de Davis, en la Universidad de California, que descubrió nuevos métodos de poda y de cultivo, controlando las proporciones de azúcar-ácido en el viñedo, reemplazando en las bodegas las cubas de madera y cemento por las de acero inoxidable con control de temperatura en la fermentación, y desarrollando el filtro de micropores, entre otras innovaciones.

La gran aportación californiana al mundo del vino ha sido el desarrollar, con métodos científicos y en gran medida fiables, aquellas prácticas vinícolas que se realizaban empíricamente desde hace milenios, consiguiendo una homogeneidad en el producto final que no se alcanzaba antiguamente sin la intervención de la Divina Providencia. Fruto de este actitud tecnológica hacia el vino, es la clasificación de las distintas zonas de producción californianas, instaurada por su Universidad.

Así, la zona 1, que recoge las sub-zonas de North Coast, Napa, Sonoma Mendocino,y es la que obtiene una media de horas de sol anual inferior a 2.500 horas.

La zona 2 comprende Central North Coast, Monterrey, Alameda, San Bbenito, Santa Cruz y Santa Clara, obtiene entre 2.501 y 3.000 horas de sol.

La zona 3 con South Central Coast, Santa Bárbara y San Luis Oobispo, de 3.001 a 3.500 horas de sol.

La zona 4 reúne Central Valley, San Joaquín, Madera, Fresno, Kern, Merced, Sacramento y Sstanislaus, entre 3.501 y 4.000 horas de sol.

Las zonas 5 y 6, que encluyen Southern California, Foothills, Amador, El Dorado y Calaveras, más de 4.001 horas de sol al año.

En cuanto a las variedades cultivadas se refiere, California no puede esconder su naturaleza de Nuevo Mundo, cultivado por colonos de origen europeo, que trasladaron a esta tierra de promisión su herencia vinícola expresada a través de sus más nobles cepas.

Encontraremos pues, las blancas Chardonnay (que tanta fama ha dado a sus caldos californianos), Sauvignon Blanc (a veces llamada Fumé Blanc), Chenin Blanc, Colombard, Semillon, Riesling y Pinot Blanc. Estas se cultivan siempre en función de su mejor adaptación al clima de cada terruño, perfectamente regulado por su numeración de zona. Lo mismo ocurre con las varietales tintas, siendo la Zinfandel la más extendida (sus vinos desarrollan un fino «bouquet» al añejarse en barrica de roble), la Cabernet Sauvignon (la más laureada), además de las Merlot, Pinot Noir, Gamay y Syrah, entre las de origen francés, las españolas Garnacha y Cariñena, y la italiana Barbera, además del Ruby Cabernet desarrollado por la Universidad de California a finales de los cuarenta, cruzando Cabernets y Garnachas, que soportaban mejor los rigores del sol en las zonas 4 y 5.

Se puede decir que el desarrollo del vino en California se ha producido de forma paralela al europeo durante siglos, pero ha sido en los últimos 30 años cuando se ha producido su verdadero despegue, tanto en el plano productivo como en el cualitativo. Hoy existen Cabernets californianos que compiten, en muchos casos, tanto por la carestía de su precio, como en la apreciación de los entendidos, con grandes nombres del viñedo francés. Un clima privilegiado, tierras adaptadas al cultivo de la vid, y sobrados medios financieros y técnicos para su desarrollo, circunstancias éstas muy características del emprendedor norteamericano, han hecho de California una de las zonas productoras de vanguardia en el mundo, cuyos caldos merece la pena probar, y sin duda, disfruta.

Las mejores bodegas

Sus bodegas son las más antiguas en activo del valle de Napa, en California. Las fundaron los hermanos Jacob y Frederick Beringer, inmigrantes procedentes de Mainz (Alemania) en 1876.

Vinos en Catálogo

 

Sebastiani

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La bodega Sebastiani elabora vinos desde hace más de 100 años en Sonoma, California, a 20 km de Napa Valley. Fundada en 1904 por Samuele Sebastiani, quien estaba recién llegado de la Toscana, la bodega fue la única en la región en seguir produciendo vinos (sacramentales) durante la Ley Seca.

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